Economía

Published on diciembre 18th, 2007 | by EcoPolítica

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La perestroika del capitalismo

Por Ramiro Pinto [1] 

No podremos salir nunca de la crisis actual mientras que no se haga un análisis correcto de la situación, un diagnóstico, a través del conocimiento, en este caso de la realidad económica actual. Vivimos en una crisis de empleo fundamentalmente. No podemos hablar de una situación como en 1929, ni otras anteriores, porque no hay escasez en los mercados. hay dinero suficiente sólo que mal distribuido y de manera errónea por la evolución misma de la realidad. Se produce lo mismo o más, pero necesitando mucha menos mano de obra. es por ello que la capacidad de consumo disminuye notablemente.

Ante tal situación conviene adaptarse a la nueva realidad definida por la globalización, de manera que el capital y la mano de obra pueden venir a una zona concreta de cualquier parte del mundo.

Adaptación al progreso tecnológico, de manera que el empleo necesario para la producción es muy inferior, no sólo con las máquinas, sino con los nuevos sistemas de organización. El automatismo afecta a todos los campos, las labores domésticas, el transporte, el trabajo en oficinas, en la agricultura, donde ya hay máquinas hasta para vendimiar.

Adaptación a la pujanza de la economía financiera sobre la economía productiva. La economía financiera no puede separarse del proceso productivo, porque generan burbujas que hacen que el dinero se acabe devaluando y no se corresponda a una inversión proporcional, de manera que crecen las fortunas de los ricos, pero merma la capacidad adquisitiva del pequeño empresario y de los asalariados.

Adaptación al medio ambiente, ante la necesidad imperiosa de conseguir un desarrollo sostenible, lo cual no es posible si se presiona para seguir creando empleo y beneficios a toda costa. El cambio climático marca un límite en las emisiones de CO2 y por otra parte los recursos son limitados y cada vez escasean más, como la reserva de petróleo o el carbón. Por eso es necesario establecer redes de  energéticas renovables. Lo que es absurdo es mantener la industria minera, o las subvenciones a la agricultura por el mero hecho de mantener el empleo.

Las políticas de inversiones públicas fracasan porque quieren resolver la crisis incentivando el empleo, cuando la crisis es una crisis de empleo y no hace es posible resolverse de esta manera. A pesar del dinero invertido se pierde empleo.

Ate lo cual es necesario un cambio de paradigma, reestructurar necesariamente el capitalismo, una perestroika  del capitalismo y para tal proceso encoentramos en la Renta Básica el punto de apoyo idóneo, pues no se basa en el empleo, ya que el trabajo fue la manera de distribuir la riqueza a través del salario y beneficio. Cuando fue necesario, pero hoy no lo es, incluso muchos son nocivos tanto a nivel individual como a nivel global y se mantienen políticas económicas en función de crear puestos de trabajo por inercia sin ningún sentido.

En la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, propuso la perestroika (reestructuración) del comunismo, para actualizar las instituciones ante los cambios que sucedieron  en los sistemas de producción, en la cultura y en las relaciones internacionales. Se precipitó un cambio de contexto, para pasar del modelo económico comunista al capitalismo.

Con el colectivismo se suprimió el beneficio. La producción y la distribución fueron controladas por el Estado. La economía dejó de funcionar y fue arrastrada desde un sistema político basado en la imposición, en la dictadura del proletariado, que lo fue del partido que se arrogó esa facultad mediante la violencia del estado. Hasta que no puedo más y se derrumbó en unos países o se modificó substancialmente. En el modelo socialista los trabajadores no son contratados, sino colocados en un puesto según sus capacidades y las necesidades colectivas. El trabajo deja de ser una mercancía. Se convierte en una misión social y personal, y en un objetivo político. Dejó de funcionar económicamente. Y algo parecido sucede  en la actualidad en el modelo capitalista. Que además sucede que es un capitalismo que compite con un modelo capitalista dirigido desde un poliburó comunista que explota a los trabajadores y destruye el medio ambiente sin control alguno. Se genera una competencia global  muy peligrosa y que no es posible mantener.

La globalización es un hecho empírico, una realidad construida sobre la base del desarrollo tecnológico fundamentalmente. La orientación de este proceso es lo que podemos debatir y dar forma, en lo cual la propuesta de la Renta Básica tiene un papel fundamental, de cara a  realizar una sociedad global más libre, más justa dentro del desarrollo económico necesario para el bienestar de las personas y el desarrollo de los pueblos. Las nuevas tecnologías se orientan hacia el aumento de la productividad, de manera que se incrementa la producción global de la economía. Indudablemente ha sido un avance material para la sociedad en su conjunto en todo el mundo, pero que no se ha logrado plasmar por falta de medidas consecuentes y políticas que faciliten la extensión y distribución global de la nueva riqueza, que es enorme y sin embatrgo convive con la miseria y pobreza de una parte de la población mundial.

Este proceso implica superar la pobreza y la coacción empresarial, que crean condiciones salariales basados en la temporalidad y precariedad para permitir el desarrollo completo del libre mercado, sin cortapisas, a partir de una Renta Básica, que permita la libertad de la persona, del sujeto como individuo. Medida que debiera tender a ser mundial en la medida que el progreso se extienda globalmente. Sólo de esta manera  se facilita una situación de libre elección del trabajo y lograr un equilibrio entre las condiciones laborales, el nivel de vida y la conservación del Medio Ambiente, así como del patrimonio cultural de cada localidad. No es la Renta Básica la panacea, pero sí el instrumento necesario y adecuado para el desarrollo y progreso de la globalización.

Una de las características de la industrialización , que destaca Max Weber, es la nueva organización de las empresas. El capitalista, dueño del capital, pierde protagonismo pero lo gana el capital. O sea los negocios se convierten en asuntos impersonales y son dirigidos por asalariados con un alto nivel de cualificación y también de honorarios. Tal situación la define como “plutocracia”, el dominio del capital. Ve que es absolutamente necesario el nacimiento de este nuevo modelo  para la organización económica que se empieza a desarrollar. Arguye que si no se adquiere fuerza con el capital interior el de fuera se hace dueño de la riqueza del país. Este anláisis se observó con el paso de Rusia  al capitalismo, muy lejos de lo que en un principio se presentó a la opinión pública mundial como la perestroika. Se pasó de una economía estatal a que en el año 2.000 el 10% de la población rusa controla los grandes capitales. Debido a la inestabilidad política la mayor parte de ellos invierten en el extranjero, desde negocios inmobiliarios, a inversiones industriales. Por otra parte las mafias dominan el mercado interior. Lo cual define el nuevo capitalismo. hemos comprobado como la crisis actual se acompaña de casos de corrupción de grandes fortunas, de manera que es difícil hoy en día separar el Poder económico del político, pues se afianza la hegemonía del mundo económico sobre el político en todos los rincones del planeta, imponiendo a el sector financiero las normas que exige su funcionamiento para ampliar los beneficios. Y a esto tienen todos los tratados internacionales. Tal sucede en los países capitalistas con una estructura democrática, lo que lleva cada vez de manera más extendida a la corrupción política, en  todos los niveles. Con situaciones legalizadas como los paraísos fiscales, por ejemplo.

Karl Marx analizó el funcionamiento científico del capitalismo. LLegó a la conclusión de que “el valor está determinado por la cantidad de trabajo empleado”.  Define el capital como trabajo cristalizado. Mientras que para David Ricardo el capital también aporta valor de cambio para Marx no. Ahora bien, el salario lo paga el capital. Y en la actualidad el capital, en forma de tecnología, es determinante en la formación del valor (pluscapital). A través de la Renta Básica y su modelo de financiación se pretende repartir una parte del pluscapital que se genera. Si el capitalismo industrial no hubiera evolucionado al tecnológico, la expansión de la economía hubiera dependido del factor trabajo, lo que le hubiera hecho, para permitir el crecimiento económico, el centro de la economía y hubiera sido lo determinante para la creación de valor. Lo cual fue la idea del marxismo, para lo cual el comunismo quiso acelerar el proceso haciéndose con los medios de producción mediante la lucha armada. Y para mantener esta revolución estableció la dictadura del proletariado, para impedir ser vencidos por el capitalismo internacional. Pero hubo un cambio cualitativo que cambió radicalmente el futuro y los modelos económicos aunque estuvieran basados en tales fundamentos ya que los ha desvancado. Lo cual fue el elemento esencial de la perestroika en la Unión Soviética: las nuevas tecnologías aplicadas a los procesos de producción. El modelo capitalista hoy se encuentra en una situación muy parecida con respecto al empleo, que debe ser abordada.

Durante el modelo comunista en la URSS no hubo paro. Cualquiera podía ir a un hotel y ver que había un chico que llevaba las maletas del coche a la puerta del hotel. Otro de esa puerta a recepción, otro hasta el ascensor, otro dentro y finalmente del ascensor a la puerta de la habitación. Y en ese tramo te ofrecían caviar y vodka a cambio de dólares. Hoy en el modelo capitalista podría acabarse con el desempleo, bastaría con quitar los semáforos y pasos de cebra, para poner en cada uno a tres trabajadores, en tres turnos. Evidentemente esto es absurdo, pero es lo que se está haciendo en las políticas agrarias basadas en las subvenciones para mantener puestos de trabajo que cada vez cuestan más dinero, o sea que en lugar de ser una riqueza se convierte el trabajo en una rémora. O en la minería de carbón y otros que impide el desarrollo de la tecnología. Vivimos una crisis de empleo y mientras que no se reconozca este hecho crucial no podrán encontrarse soluciones, que exigen un cambio de paradigma. Como dijo Einstein «no podemos encontrar soluciones a los problemas con las mismas ideas que los provocaron».  Y en este cambio de modelo y de paradigma hay que situar la Renta Básica.

El desarrollo de la Tercera Vía en Europa fundamentalmente, entre el modelo comunista y el capitalista, se realizó sobre la base de la aplicación de las teorías de John Mayard Keynes. El socialismo democrático de la sociedad occidental, asumió este modelo económico, como forma de desarrollar su programa e ideario en las sociedades capitalistas. Mantuvo su vigencia hasta los años ochenta, aunque en España se prolongó hasta principios de la década de los noventa. Con la apertura del proceso de la perestroika en la URSS, 1986, y la posterior caída del Muro de Berlín, 1989 la Tercera Vía queda descolocada, porque su única referencia ha sido el liberalismo como antagonismo real,  sobre todo porque el desarrollo económico funciona por su cuenta, sin apenas poder intervenir desde planteamientos sociales y políticos. Tal es su poder actual. Coincide con el despegue de la economía global y el imparable desarrollo de las tecnologías, que hacen que el socialismo se integre sobre la marcha a esta nueva y acelerada realidad. Defiende medidas “parches” y cae en  una política en la que su proyecto es arrastrado a la nueva economía del neoliberalismo. No reflexiona sobre la nueva realidad y se deja llevar por políticas que funcionaron, pero ya no. Por ejemplo para resolver la crisis se han hecho fuertes inversiones públicas, en España el  famoso Plan E, pero el dinero público es para trabajo público, de lo contrario sucede lo que se ha producido, que no ha creado empleo, sino que lo ha destruido, por cada puesto de trabajo ha suprimido uno y medio, lo cual ratifica la ley Wagner, en este sentido.  Pero lo que es peor, se ha dado a empresas que han hecho presupuestos basados en obtener beneficios, es decir de ese dinero dado un 50% ha ido a parar a la partida que llaman «gestión de empresa», o sea beneficios. Otra parte en uso de maquinaria y el salario una mínima parte. Por eso fue un plan fallido para generar empleo, que ya no se puede lograr, sino el necesario, porque el empleo es un medio, necesario para lograr unos fines, pero se ha convertido en un fin en sí mismo y eso está creando un problema de sostenibilidad, de deterioro cada vez mayor del  medio ambiente, a pesar de las leyes que se aprueban para su conservación. Acaban siendo obsoletas.

El Consenso de Washington, 1990, basa su política económica en el monetarismo, cuyos máximos representantes encabezan la línea oficial del neoliberalismo. La Tercera Vía deja de tener sentido y vigencia. Se busca, entonces,  una nueva vía, pero más que un proyecto es una exclamación socialista ¡necesitamos un hueco en la economía y algo que nos haga recuperar nuestra identidad socialista!, más allá de medidas puntuales. La política es insuficiente, pues como indica Manuel Alcántara: “la política se ha convertido en la chacha de la economía; el dinero es más palpable que las ideas”. Es en esta tesitura en la que aparece atrapado el modelo y la Historia de la socialdemocracia y el progresismo y se convierte en un apéndice del neoliberalismo con alguna que otra medida social, para diferenciarse del partido rival de la derecha. Las elecciones han caído en un juego de publicidad que hace que estemos en la dictadura del bipartidismo, en la que quien sale hace lo mismo que el otro, pero con distintas palabras.

Para Gary Becquer la ideología suele quedar aplastada por el interés propio. Desde mi punto de vista el socialismo pretende mantener un discurso, el suyo, pero carece de praxis para la modernidad. Anuncia la Nueva Vía, no se ha llenado de contenidos, porque solamente con medidas como la Renta Básica se podrá construir un nuevo andamiaje político, capaz de desarrollar una nueva realidad. Es necesario lograr la síntesis que surge de la realidad económica y política. Tal es la nueva dimensión a la que nos encaminamos y hace falta un gran impulso y asumir el reto de desarrollar la perestroika del capitalismo, su reestructuración. O seguir construyendo ideas en arenas movedizas.

El sistema productivo se ha reestructurado con la aplicación de la tecnología. La forma de organización empresarial ha cambiado, pero no la social. También se ha reestructurado el mercado, que en definitiva es la globalización, una perestroika del mercado, pero lo que no ha sucedido es lo acorde con el capitalismo como modelo, y en definitiva se ha modificado una parte de  la economía de mercado que ha tenido que adaptarse a la nueva realidad de las tecnologías, pero no en su conjunto, lo cual desemboca en la incapacidad de generar empleo y el modelo se peta. Llega un momento en que no funciona. Por eso es necesario hablar de una perestroika del capitalismo. Ha sucedido en la Unión Soviética, lo cual ha hecho finalice la guerra fría. Se define unb nuevo mapa geoestratégico  que transforma substancialmente las relaciones internacionales y sobre todo la nueva dimensión política del mundo. El eje esencial de los conflictos ha dejado de ser entre países comunistas y capitalistas, eje Este-Occidente, para pasar a construirse un nuevo eje de conflicto, Norte-Sur, entre países altamente desarrollados y los que están sin desarrollo tecnológico y económico y de libertades.

La teoría comunista fracasó en su aplicación económica, y políticamente supuso un método de control, de opresión y de militarización contra su población. El aislamiento que impuso a sus ciudadanos  y la postura ideológica del desarrollo científico, así como cerrar sus fronteras, incluso para el tránsito libre de sus ciudadanos, supuso un retraso tecnológico, cuyas consecuencias paga en la actualidad con infraestructuras obsoletas y de riesgo para mantener las infraestructuras más básicas, siendo el caso más grave el de la central nuclear de Chernobil. La reestructuración soviética fue total y puntual, pero ante una presión externa y con una desilusión interna tan grande que no fue capaz de realizarse, sino que sucedió la anulación de un sistema para implantar otro, no se reestructuró. Sale adelante con gran apoyo del capital europeo y estadounidense. La cuestión es que se quiso hacer en bloque y de manera planificada, sin ofrecer una iniciativa real al pueblo. Fue el último acto estratégico comunista que fracasó también. Su adversario, el modelo capitalista, logró adaptarse mediante una función espontánea de adaptación parcial y permanente, al ser una economía dinámica y un modelo político democrático que da lugar a aplicar muchas posibilidades según funcione en la práctica, aunque en la teoría algunas medidas puedan parecer paradójicas. ha conseguido a través de la publicidad adaptar la mentalidad de las ciudadanas y ciudadanos a sus intereses económicos, lo cual es una de las causas ahora de destrucción de la naturaleza y alteración del  la climatología.  La desaparición en occidente de los modelos comunistas hace necesaria una perestroika global del capitalismo, dentro de una reestructuración progresiva que ejercita.

Mikail Gorvachev fue el artífice de la perestroika, reestructuración del Estado comunista, que finalmente no se llevó a cabo. El mérito fue hacer que la caída del comunismo se hiciera de manera pacífica, en la URSS. En los demás países ha sucedido con revueltas de relativa poca importancia, a excepción del caso de Yugoslavia que se entrecruzó con intereses de tipo nacionalista y con posturas histórico religiosas de diversos territorios irreconciliables. Gorvachev se dio cuenta de que hacia falta un nuevo pensamiento político. En su exposición de los hechos hace una crítica contundente a un modelo que había dejado de funcionar y era imposible solucionar. Constató que buena parte de la riqueza soviética se había convertido en capital inactivo. El consumidor estaba a merced del productor, lo que invertía la mecánica del funcionamiento del mercado moderno y así se estancó. La política económica basada en subvenciones hizo que se “hincharan” los informes. La propaganda no hacía más que querer ocultar lo que ya era cada vez más visible. Se cayó en una esperpéntica representación del éxito, en el que se establecieron relaciones de adulación y servilismo totalmente inútiles desde el planteamiento de la economía. El resultado fue los abusos de poder, en donde la ciudadanía tuvo que buscarse la vida en el mercado negro, bajo la norma, consentida porque no había alternativa, del “todo vale”. Un problema añadido que fue endémico, pero no se quiso abordar, era el alcoholismo entre los trabajadores.  Llegó un momento en que a la población le daba todo lo mismo. Gorvachev reconoce en su obra que era una situación ingobernable. Quiso hacer la perestroika desde la democracia, con otro término que tuvo una gran repercusión, la glasnost, trasparencia informativa, “más luz”.  Planteo el conjunto de su reforma como una revolución a largo alcance, en todas las esferas de la vida y para un cambio radical.  Uno de los objetivos fue acabar con la mentalidad dogmática en que se educó a los ciudadanos y ciudadanas y los pensamientos esterotipados. El lema fue: “contemplar las cosas con ojos nuevos”. Gorvachev lo expresa nítidamente cuando dice: “No podemos seguir hipnotizados por mitos ideológicos. La política científica tiene que basarse en un juicio estricto de la realidad”.  (“Perestroika. Mi mensaje a Rusia y al mundo”). De esta hipnosis debe salir ahora el modelo capitalista y hacer su propia glasnost con respecto a las operaciones financieras, los secretos bancarios, los paraísos fiscales, la recalifiacción del suelo, todo lo cual se esta empezando a debatir al ser causa de entorpecimiento del sistema económico que  ha desembocado en la corrupción política y económica generalizada.

La Renta Básica es el eje para la perestroika del capitalismo, supone un giro copernicano que parte de eliminar la pobreza y aprovechar la  tecnología sin que el desempleo suponga  un problema irresoluble por las condiciones que sociales que genera. A partir de ese momento proyecta un nuevo interrogante, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo organizamos la sociedad globalizada?.

Cuando vivimos en una civilización en la que el crecimiento económico y la fe en la tecnología es el tema central, sobre el que se construye la vida de los individuos, cabe preguntarnos cómo aprovechar el potencial de riqueza que hemos logrado. Sobre todo para conseguir que la abundancia deje de significar un problema y resolver la pobreza. Precisamente el trabajo ha solucionado el problema de la escasez, de la necesidad. La Renta Básica va a hacer lo mismo, pero con el exceso de bienes, de confort,  la abundancia y demás características de la sociedad del Bienestar que debe  ser expandida para que sea una realidad global que, además, no amenace a la naturaleza, base de nuestra vida como especie humana.

Notas

[1] Escritor y miembro de la Asociación Renta Ciudadana (ARENCI)

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