Published on abril 9th, 2009 | by EcoPolítica
0El porvenir radiante
Por Jean Zin
Artículo publicado en el blog de Jean Zin, marzo 2009
Traducido al castellano para EcoPolítica por Eduardo Baird [0]
Muchos estarán de acuerdo, es una muy buena noticia que el mundo antiguo se derrumba. No hay que lamentar su suerte sino más bien impacientarse por la insoportable lentitud de su hundimiento.
Incluso si debemos pasar por momentos difíciles, que son muy malas noticias, es para nosotros un retorno más que saludable a la realidad, a la toma de conciencia colectiva. En el momento del mayor peligro y a pesar de todas las amenazas que se amontonan, uno puede reencontrar paradojalmente un optimismo perdido desde hace tiempo, siendo Guadalupe [1] una de nuestras primeras victorias en la reconquista de todos nuestros derechos y la reapropiación de la democracia por los ciudadanos.
A no dudar, es un porvenir radiante el que se abre delante nuestro, estamos en el Año 01 de una nueva era con todo por construir, todo por inventar, lo que no quiere decir no importa qué y que se dé libre curso a todos los fantasmas sino, muy por el contrario, para responder a los desafíos que se nos plantean, nos hará falta tener en cuenta todas las constricciones ecológicas, económicas, técnicas, sociales así como todas nuestras carencias, individuales y colectivas, de nuestra naturaleza doble y frágil, de nuestra necesidad de autonomía como de solidaridad.
Después de haber intentado brindar un programa mínimo susceptible de unir las reivindicaciones sociales, es tiempo de esbozar desde ahora lo que podría ser la etapa siguiente, no tan alejada, un programa máximo si se quiere, con el fin de probar los límites y salir de las visiones religiosas, ideológicas o emocionales de la política en provecho de un proyecto concreto, de una nueva organización económica y social al servicio de la expansión humana.
Para representarse la vida en este mundo nuevo, es necesario colocar el panorama de una economía relocalizada en gran parte (no completamente) y vuelta hacia los servicios y lo inmaterial con un retorno del artesanado y los pequeños productores biológicos [2] locales.
A no imaginarse que no habrá más industria ni capitalismo. Habrá incluso industrias como las textiles repatriadas, una vez que China haya vuelto a su mercado interno y se haya comprometido con el alza de salarios. Simplemente la industria no representará más que una parte mínima de la actividad con fábricas muy automatizadas y una parte cada vez más importante de objetos serán producidos por impresoras 3D o pequeños talleres numéricos [3] reproduciendo en el lugar artículos predeterminados tanto como creaciones originales (ya se las llame “micro-fábricas personalizadas” o fabbers o digital fabricator). Hasta dónde reducir la parte de la industria y los transportes incluso si siempre será necesario aprovisionarse en materias primas y que la industria permanezca competitiva en las producciones de masas.
La agricultura deberá aumentar un poco su lugar, incluso en la ciudad (sobre los techos y entre las torres), con numerosos pequeños agricultores abasteciendo los mercados cercanos, también con el desarrollo de jardines individuales.
El pequeño artesano será estimulado y lo esencial de su actividad concernirá a la salud, a la educación, la formación, la investigación, la cultura, la información, la informática, la diversión, la restauración, el turismo, etc. La informática se distingue de los servicios por su carácter inmaterial y su capacidad de multiplicarse, mientras que en los servicios, los personales no pueden desdoblarse. En todo caso, nos hallamos ante una economía más ecológica y humana cuyo crecimiento no aumenta forzosamente el consumo material, eso se puede controlar. Esto no suprime sin embargo la producción industrial que será preciso reducir, siendo inevitable aquí el decrecimiento en cuanto no concierne al consumo de músicas numéricas especialmente [4]. El mundo del mañana es el mundo del telecargado y de la gratuidad numérica, pero de productos más pequeños, más durables y más caros sin duda.
Los transportes serán más reducidos durante la transición energética al menos y deberán ser optimizados. Es una reconfiguración del espacio y de los circuitos económicos que debe asegurar un menor desplazamiento. Sobre este plano, las compras por Internet deberían generalizarse, sin reemplazar los mercados locales, lo mismo que las videoconferencias, sin reemplazar los contactos humanos.
Podemos ver que es a la vez muy diferente de nuestro presente y no tan lejano a pesar de todo. Un pequeño signo puede parecer extraño, una carta de pago SOL [5] utilizada como una carta de fidelidad [6] o para adquirir productos locales. Es por esta moneda local que se materializa una relocalización que no necesita de barreras ni de fronteras. Ella permite volver más competentes a las competencias locales, eximidas de todo impuesto cuando son pagados en moneda local. Es la municipalidad la que administra la moneda, y no siempre es fácil la democracia municipal, pero la relocalización comienza por allí, por la reconstitución de una vida democrática local decidida a reapropiarse su porvenir y no abandonarlo (“laisser faire”). Por cierto, se precisa a menudo una buena crisis para deshacer estos nudos pero el la ocasión debería ser propicia, en todo caso no es más que una resistencia a organizarse. Seguramente la idea de una moneda municipal deberá abrirse camino para imponerse pero, está llegando, se comienza a hablar al menos…
No vimos nada que no sea muy normal hasta el momento, pero lo que no se ve es el status de los trabajadores. La mayoría no son más asalariados sino auto-emprendedores, inscritos en la cooperativa municipal que les brinda un cierto número de servicios de asesoramiento, de asistencia, de formación, de valorización, de financiamiento, todos los instrumentos del desarrollo humano. Abramos la puerta de la cooperativa misma si se puede hacer todo por Internet, es una dirección simpática que hace de bar y café (para otros, también puede hacer de restorán, club deportivo, videoteca, centro cultural, estudio de grabación, radio free clinic, etc.) pero se encuentra también allí una asistencia social, formación. Se pueden aportar objetos al taller de reparación o de recuperación pero también se puede cambiarlos en las bolsas locales de trueque. La cooperativa se ubica en el núcleo de animación de la comuna (o de la comunidad de la comuna, o del barrio, según las configuraciones). Si uno quiere trabajar en un dominio se puede hablar y encontrar compañeros para lanzarse y reencontrar otros trabajadores autónomos para asociar en un proyecto común (sin dejar de mantenerse autónomos). Si no se llega, se debe buscar todo tipo de asistencia para valorizar mejor las competencias o vender los productos. Seguramente la cooperativa municipal no alcance a concentrar todas las actividades, habrá todavía asalariados, funcionarios y comerciantes en esta economía plural. Ella será inevitablemente el reflejo de los habitantes de la comuna, de las costumbres locales y del estado de las relaciones sociales o de las relaciones de fuerza que no son siempre favorables. Las formas pueden ser muy diversas. Es principalmente la institución del desarrollo humano y de los intercambios locales, favoreciendo salir al auto-emprendedor de su aislamiento.
La salida del asalariado no se observa, salvo quizá en un mayor sentimiento de libertad y de igualdad, pero hay una cosa que no se debería ver más, son los pobres y los sdf [7] que se multiplican desde hace poco. En efecto, todo lo que se ha visto, el desarrollo del trabajo autónomo no puede ser viable sin un ingreso garantido que represente una liberación del trabajo comparable a la liberación de la esclavitud, lo que no significa, está claro, ni una felicidad sin fin, ni que no se trabajará más! Seguro que esto no impedirá los adolescentes atrapados por la tele, ni los alcohólicos o los drogados sino un poco menos sin duda, gracias a las cooperativas que completan el dispositivo, permitiendo también al mayor número acceder al trabajo elegido protegiendo así a los más débiles. Aquí tenemos lo que es casi imposible de obtener directamente pero que se encuentra de contrabando, especialmente en Guadalupe. Una huelga general podría quizá obtener más pero haría falta para eso que la idea se encuentre en todas las cabezas, lo que está lejos de ser el caso. Sin embargo se puede ver en este ingreso de autonomía un verdadero derecho a la existencia que nos hace trepar de un salto en nuestra humanidad y en nuestras libertades efectivas, pasaje de la seguridad social al desarrollo humano.
Habría muchas otras cosas para relatar sobre nuestros futuros modos de vida y las técnicas ecológicas e emplear. Se podría continuar así la ficción si ella no arriesgara de girar a la novela rosa y a no ver más que los lados buenos mientras que la realidad será inevitablemente más contradictoria y diversificada. Es ciertamente un mundo distinto, incluso si permanece familiar, otro mundo posible que vale la pena construir pero que no cambiará fundamentalmente a los hombres en cuanto a volverlos simplemente un poco mejores con mejores instituciones y una producción menos contaminante. Es al menos un verdadero reconocimiento social de cada ciudadano y un progreso de la democratización. André Gorz indicaba ya en “Miserias del presente, riqueza de lo posible” cómo este tríptico (moneda local, cooperativas, ingreso garantido) podía crear sistema y constituir alternativas locales a la globalización mercantil y a las multinacionales. ¿Qué más podemos querer?
No se habla aquí de abolir el mercado, ni tampoco el capitalismo, sólo de salir progresiva y voluntariamente del asalariado. Se habla de lo que es posible y deseable, de brindar los medios de la autonomía. No se habla tanto de confiscación de las riquezas como de su distribución. La cuestión ecológica no está tomada aquí del lado del consumo sino de la producción, no del lado de la propiedad colectiva sino del trabajador autónomo, no del lado del control de las poblaciones sino de su emancipación. En efecto, para defender nuestra libertad y nuestra calidad de vida, se trata de partir de lo que se quiere hacer, y cambiar el trabajo para cambiar de modo de vida. La ecología de la vida cotidiana es en principio una ecología del trabajo, privilegiando el trabajo autónomo y la cooperación. Qué hay más importante que poder elegir lo que se quiere hacer y valorizar las propias competencias. Lo que no es sino una parte de la solución sin duda y que no solucionará todos nuestros problemas pero el porvenir es prometedor, el momento es tan propicio que es preciso no dejarlo pasar. Es ahora cuando se construyen las instituciones del ciclo próximo. No se está allí del todo aún y no es aquello que se sueña ordinariamente, todo ello se mantiene muy exótico pero a pesar de todo debería imponerse materialmente con la crisis y no estaría mal, al menos, motivo para reencontrar la sonrisa y la felicidad de hallarse unidos, incluso si esto no es el paraíso donde todo el mundo se ama por la vida…
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Notas
[0] Nota del traductor: he traducido este bello y estimulante artículo de Jean Zin, a quien ya conocemos, que declara el Año 01 de una nueva era, Y nos habla con alegría de nuestra necesidad de autonomía y solidaridad. Llega a su fin el régimen depredador y corrupto, muere el mundo de la expoliación y el lucro. ¡Ayudémosle a morir! Después de tanta infamia y de tanta crueldad, de tanta explotación, exclusión y hambre, nace el mundo fraterno y solidario, el mundo de los productores libres y asociados. ¡Ayudémosle a nacer!
[1] Guadalupe, antigua posesión francesa en el Caribe, se halla en estado de rebelión desde el 2008. Con una población de 4500 habitantes, los alimentos son más caros que en Francia y los sueldos más bajos; acaban de conseguir la elevación de los sueldos de parte de Sarkozy. El 1 % de la población es dueña de los recursos. ¿No sería tentador echarlos al mar? El resto de las notas son aclaraciones del mismo Jean Zin.
[2] Producción sin abonos ni pesticidas (JZ). (En Argentina los llamamos “orgánicos”).
[3] Es hipotético, se trata de micro fábricas personales, se supone sea un conjunto de máquinas-herramientas de comando digital, capaz de producir piezas por torneado más bien que por fundido o hechas capa a capa en las impresoras 3D. Estas últimas permiten la reparación y mayor durabilidad (JZ).
[4] MP3, cargado gratuitamente o escuchado directamente por Internet (JZ).
[5] Moneda solidaria complementaria destinada en principio al sector social, pero que podría servir como moneda local. Es para comprar al menudeo como con una tarjeta de crédito, con lectores y programas que permiten gestionar las cuentas individuales (JZ).
[6] Tarjetas de los supermercados que suman puntos o rebajas y valen como moneda; rebaja los precios para el consumidor local (JZ).
[7] “Sin domicilio fijo”, aquellos que duermen en la calle, que se han multiplicado en los últimos diez años (JZ).