Published on diciembre 27th, 2015 | by EcoPolítica
2Los retos del «sexteto ecologista» en la XI legislatura
Por Rafael del Peral Pedrero [1]
Introducción
Leí hace poco un relato sobre la transformación de los zapatistas al llegar a la selva de Lacandona. Éste cuenta cómo el cuadrado de la teoría política salió abollado del contacto con los seres humanos reales y que, gracias a esas abolladuras, pudo comenzar a rodar por las comunidades hasta convertirse en un círculo [2].
Hoy hace ya una semana de las elecciones parlamentarias del 20D y éstas parecen haber traído (al menos) una noticia agradable: cinco personas estrechamente vinculadas al mundo del ecologismo han sido elegidas diputadas: Josep Vendrell, Rosa Martínez, Jorge Luis Bail, Aina Vidal Sáez, Juantxo López de Uralde y Pedro Arrojo. Aquí vamos a centrarnos en algunos de los retos que tendrán que afrontar.
Probablemente esta es la primera vez que tantas personas provenientes de partidos que incluyen y visibilizan la ecología como esencia de sus programas entren al Congreso [3] así que no es extraño que nos preguntemos ¿Serán capaces de arrancar las malas hierbas y hacer florecer la semilla del ecologismo entre los restantes parlamentarios? ¿Echará a rodar de alguna forma la ecología en las instituciones gracias al «sexteto ecologista”?
Teniendo presente la transversalidad temática que abarca el ecologismo desde las perspectivas de la ecología política proponemos aquí un compendio de temas –brevísimo y que mezcla conscientemente propuestas de corte más institucional con otras netamente realizables a través de la sociedad- que creemos no pueden pasar desapercibidos para éstos diputados, tanto por la relevancia social de los mismos como por la importancia de tejer los hilos que nos vinculan al mundo en que vivimos y nos implicamos como activistas.
Cuatro generaciones de Derechos pendientes
Para empezar debemos repensar, recuperar y revitalizar las cuatro generaciones de derechos que bien se han visto mermadas en las pasadas legislaturas o bien jamás han sido completamente desarrolladas en nuestro país y que en este artículo estructuramos a través de cuatro generaciones de derechos. Es de justicia hacer un apunte: aunque hablemos de cuatro generaciones de derechos –otros autores hablan de tres al unir las dos primeras o cinco separando los derechos digitales- únicamente se ordenan por su momento de aparición, no por tener prevalencia unas sobre otras. Remitiéndonos a los términos de la legalidad internacional, esta idea quedó así expresada por la ONU en la Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993, cláusula nº5 [4] (Esteban Rubio, 2015:iii)
PRIMERA GENERACIÓN: libertad de expresión y manifestación, derechos de las personas migrantes
La primera generación de derechos, relativa a los Derechos Civiles, relativos a las libertades de expresión, circulación, manifestación, etc. que tan mermada ha quedado tras la cooptación por parte del Gobierno de la televisión pública de modo que se garantice la participación popular en el que sigue siendo el medio de comunicación de mayor impacto sobre la población, el endurecimiento del Código Penal y el recorte en el acceso a la Justicia (así como la falta de solución a los pocos recursos de la misma). Asimismo, acabar con las políticas de discriminación, aislamiento, demonización contra los inmigrantes cerrando los CIEs y derribar las vallas de Ceuta y Melilla, que no son sino quien más sufre las políticas extractivas aplicadas desde el Norte al Sur global, refugiados del hambre, guerras, “conflictos de baja intensidad” y el cambio climático y de la interesada laxitud con la que examinamos el efectivo cumplimiento de los Derechos Humanos en función de sobre quién aplique la lupa nuestros gobiernos.
Especial mención merece la eliminación de la Ley 4/2015, de 30 de marzo de Seguridad Ciudadana (Ley Mordaza) que derogó la anterior ley de protección ciudadana 1/1992 y que limita y coacciona las libertades más básicas a través de multas más propias de un Estado policial y que deja prácticamente al arbitrio de la policía qué criterios aplicar a la hora de reprimir concentraciones.
SEGUNDA GENERACIÓN: edad para ejercer el voto, voto rogado, transparencia y participación
Los derechos de segunda generación, de participación política, han de buscar primero ajustar la fórmula electoral (es decir, número de escaños, tamaño de la circunscripción y fórmula de reparto) para que sea realmente proporcionada, para lo cual muchos politólogos sugieren que sería buena idea sería aumentar el tamaño de la circunscripción a la Comunidad Autónoma.
Asimismo, se ha de buscar el aumento de la participación de la ciudadanía reduciendo la edad para ejercer el voto a los 16 años y eliminando requisitos para el sufragio activo y pasivo a extranjeros residentes y eliminando el voto rogado como ha pedido insistentemente durante esta campaña la Marea Granate, quizá previendo incluir incluso escaños para las personas residentes en el extranjero como sucede en Francia.
Pero no solo se debe perseguir el aumento de los cauces de representación y participación en la gestión política institucional y en el control de su actividad aumentando la transparencia, sino asegurar y ampliar las formas horizontales de gestión local y de gestión de la economía, aumentando los canales a dichas redes, ya sean online o presenciales (pues hay que tener presente la brecha digital intergeneracional), a las asociaciones y a los colectivos tradicionalmente excluidos del espacio público, mujeres, menores de edad, ancianos, inmigrantes y pobres, entre muchos otros.
TERCERA GENERACIÓN: reformular y ampliar el bienestar
En la próxima legislatura habrán de recuperarse los derechos sociales de tercera generación perdidos muy vinculados a la protección que brindan los servicios asociados al concepto del Estado de Bienestar: laborales, educativos, sanitarios y sociales, como los relativos a las pensiones, el derecho al aborto por plazos temporales y no sujeto a condiciones, aumentar la protección social de las personas en riesgo de inclusión, los permisos de maternidad y paternidad y un largo etc. que persiga universalizar las prestaciones y acabar con la mal llamada austeridad (que realmente debería ser la moderación y sencillez y no el recorte del bienestar de las personas) y su consagración constitucional en el artículo 135 CE.
1. Atajar la emergencia social, acabar con la desigualdad y la pobreza, renta básica y máxima
El “sexteto ecologista” deberá afrontar también la emergencia social que se ha agravado durante los años más duros de la crisis y que persiste entre aquellos que no cotizamos en el IBEX 35 de forma tenaz, empezando por la pobreza (infantil, energética, etc.), frente a la cual deberemos decidir si ahondamos qué modelo asistencial queremos para el país [5].
Dados los datos con los que se suele trabajar, observamos que el modelo mediterráneo no es ni equitativo, entendido como la mejor distribución de beneficios de dichos recursos entre la población ni eficiente, según el cual se saca el mejor provecho a los escasos recursos disponibles. Ésta carencia se cubre habitualmente desde las redes familiares, ayudándose unos a otros, a diferencia de lo que sucede en el modelo nórdico, al cual es habitual hacer referencias como el modelo a imitar.
El área mediterránea por las circunstancias en las que se ha desarrollado su historia jamás ha disfrutado plenamente de las ventajas de un Estado del Bienestar pleno ni ha desarrollado una “cultura administrativa” propia, al margen de la existencia o no de una autoridad jerarquizada como es el Estado. Personalmente creo que desarrollar un formato de colaboración asociativo que cree una red de recursos organizada de abajo a arriba local-supramunicipal-regional, etc. que aproveche los vínculos comunitarios tradicionales hoy debilitados es el mejor camino hacia una universalización de las prestaciones sociales en el área mediterránea [6], al margen de que en las circunstancias actuales y para un ecologismo que trabaje a nivel institucional ligar los términos universal y público estatal sea casi una necesidad frente a malintencionadas equivocaciones que suelen traer un interés de mercado y la lógica del beneficio económico detrás más que la utilidad social de los recursos.
Una de las propuestas estrella para acabar con la desprotección es la de introducir una renta básica universal y garantizada a todos los mayores de edad, reivindicación en absoluto descabellada avalada por varios estudios de viabilidad en todo el territorio nacional y que cuenta incluso con propuestas y puestas en práctica en Euskadi y Catalunya [7]. Remitirnos únicamente a los beneficios que supondría para la reactivación de la economía sería quedarnos cortos de miras con la fuerza que tiene una idea capaz de dotarnos de la certeza de que no tendremos nuestros ingresos limitados al capricho del mercado laboral. Ésta propuesta debe implicar a la fuerza pensar en términos decrecentistas, pues ello nos permite entender la renta básica no como una fuente extra de ingresos adicionales con las que sustentar un consumo creciente de bienes materiales, sino como la posibilidad de reformular los tiempos en los que pensamos y actuamos, dejando mucho más espacio para el ocio y el cultivo de nuestra felicidad, así como para la participación en actividades colectivas asociativas de todo tipo. En ese sentido el movimiento slow y los conceptos del procomún tiene mucho que decir y aportar a las nuevas formas de entender la vida en comunidad.
Hablar de emergencia social necesariamente nos lleva a mencionar los desahucios y la creciente desigualdad. Baste recordar que incluso si nos limitásemos a mencionar la legalidad vigente se ha de recordar que conforme al artículo 33.2 de la Constitución la propiedad tiene una función social, concepto también presente en la Constitución Italiana de 1947 (art. 42), en la Ley Fundamental de Bonn de 1949 (art. 14.2) y en otras tantas cartas constitucionales europeas y latinoamericanas [8]. Es cierto que a día de hoy es un título que no es de directa aplicación (vgr. art. 53.2 CE) y por tanto no puede reivindicarse con la misma fuerza que los derechos de primera y segunda generación, pero cuando el número de viviendas vacías de España supone el 30% de las viviendas vacías en Europa [9], se hace evidente que los límites materiales no suponen un problema para la ampliación del parque público de vivienda, sino los intereses económicos de los fondos buitre, entre otros.
Obviamente, también se habrá de visibilizar la creciente desigualdad de ingresos que se ha acentuado en nuestro país, el cual ya era superior a la media de la UE incluso antes de la crisis económica. Ésta cuestión debe atajarse tanto a través de las medidas propuestas como introduciendo unos niveles de renta máxima y mayor progresividad impositiva, así como persiguiendo con mayor énfasis el fraude fiscal de las grandes fortunas y realizando las correspondientes auditorías de deuda pública de las administraciones de manera que quede reflejado a quién sirven.
2. Una nueva economía, otro consumo, del reparto y reducción trabajo al ocio
Ya hemos mencionado algunas ideas claves en materia económica, pero no está de más recordar que la acción en éste campo debe estar orientada hacia una economía decrecentista en términos de consumo de recursos, no orientada hacia el crecimiento como forma de sustentar el Estado del bienestar, pues ésta lógica draconiana del aumento infinito de recursos en un planeta finito es cuanto menos peligrosa, pues en tiempos de recesión nos lleva al aumento de la pobreza y la desigualdad y en tiempos de bonanza nos lleva al colapso ecológico.
Inspirarnos en los conceptos de biomímesis (tener presente los procesos naturales a la hora de inspirar nuevas soluciones para el consumo de recursos) y bioeconomía, que toma las leyes de la termodinámica y de las magnitudes físicas de coste de formación de recursos y energía como son la entropía y la entalpía son pasos necesarios para sustituir los índices conforme a los cuales se mide la riqueza, como pasar del PIB al IDH. Baste decir que en los años 50 la medida de la riqueza de una nación era la producción de carbón y acero. Los índices económicos pueden y deben cambiar acorde a las necesidades de la población. La economía, como hacen en esencia todas las ramas de la ciencia no establece unas leyes absolutas. La falsación (la búsqueda de teorías aceptadas provisionalmente hasta que se encuentra una de mayor validez) ha de formar parte de esta ciencia si no quiere caer en el dogmatismo y para eso nombres como el de Georgscu-Roegen o Tim Jackson tienen que comenzar a sonarnos familiares.
Ya tratamos la cuestión del consumo en otros artículos [10] [11], pues es definitivamente una de las cuestiones que debe ocupar nuestro tiempo si queremos controlar nuestra vida. Es actualmente el leitmotiv del sistema capitalista y el origen del deterioro ambiental mundial. Repensar nuestro consumo, se han de aumentar la protección y derechos de los consumidores, promoviendo un etiquetado responsable que indique la huella ecológica que produce cada producto en su ciclo de vida así como su envase ha de hacer nacer necesariamente la necesidad de fomentar el consumo local, de cercanía y de temporada, creando redes de producción y autogestión con la vista puesta en los conceptos de la economía del bien común, potenciando los huertos urbanos, las cooperativas de consumo, las monedas locales/sociales y los bancos de tiempo como parte del sistema de adquisición de bienes y servicios.
Asimismo se habrá de buscar desmaterializar el imaginario de nuestra sociedad, que tan interiorizado tiene la idea de tanto tienes tanto vales, para lo cual se deberán tomar pasos para limitar seriamente la publicidad comercial del espacio público y los medios que nos incitan a sentirnos desgraciados si no tenemos el producto anunciado o no nos parecemos al photoshopeado retrato que ocupa el anuncio de turno.
Si queremos cambiar nuestro concepto en torno a la acumulación material debemos hacer un ejercicio de pedagogía que excede los meros comportamientos. Para facilitar que la acumulación no sea la medida de la sociedad debemos librarnos del trabajo asalariado como motor de la sociedad de consumo. En torno a las propuestas más institucionales observamos como los partidos verdes europeos se han hecho eco durante largo tiempo de la necesidad de aplicar el Green New Deal y el Horizonte 20 20 20, los cuales buscan la creación de empleos verdes (asociados a la preservación o mejora ambiental), los cuales según los últimos informes de la Comisión Europea podrían llegar a crear 20 millones de puestos de trabajo [12] indudablemente una propuesta interesante dados los en torno a 27 millones de desempleados de la Unión Europea.
También hemos oído desde a Alberto Garzón debatir sobre la propuesta del trabajo mínimo garantizado como forma de reducción del paro utilizando al Estado como empleador frente a la idea de la renta básica, pero si no vamos más allá y comenzamos a cuestionarnos el trabajo en sí como actividad no podremos ver crecer una sociedad que no se estructure en torno al horario laboral.
En ese sentido, comenzar a reducir la jornada laboral (quizá hacia las 21 horas que propone la NEF [13]) y flexibilizar los horarios es primordial para garantizar el paso del trabajo como tripalium (origen latino de la palabra “trabajo” consistente en una tortura originaria del S. XII) y avanzar hacia el otium [14], de forma muy similar a como ya ironizaba Lafarge contra el trabajo y el consumo ya en El derecho a la pereza en 1880.
3. Una educación universal emancipadora no esclavizante
Como ya hemos expresado, estos cambios en materia económica y social no pueden perdurar sin grandes cambios en nuestro sistema de valores. En ese sentido la reforma del sistema educativo ha de orientarse hacia el abandono de las concepciones fabriles de la educación. En una sociedad del bienestar como la nuestra reducir los tiempos de formación a una etapa (cada vez más reducida) de nuestra vida sólo parece perseguir la consecución de obreros hiperespecializados, totalmente ignorantes del trabajo de sus semejantes y totalmente embebidos en la lógica de la competitividad y la acumulación como triunfo.
Frente a esto, una educación que se prolongue a lo largo de toda nuestra vida, con diferentes caminos y un amplio grado de libertad, que incida en valores para desmaterializar las conciencias, que fomente valores como el feminismo y el respeto a la diversidad sexual y sociocultural como ya expuso Marc G. Olabarría (2015) [15]. Hoy los nuevos métodos pedagógicos como los de Paulo Freire apenas tienen demanda y únicamente existen para algunos privilegiados. La inversión en materia educativa es esencial, se ha de implicar a toda la comunidad para fomentar la curiosidad en especial en las primeras etapas de la formación de las personas, se ha de garantizar una educación universal de calidad y gratuita tanto pública (entendida como “estatal” o institucional) como privada, aumentando los recursos del profesor, disminuyendo la ratio de alumnos por clase, facilitando la movilidad y las becas de estudios, movilidad e investigación e implicando a los alumnos en su propio proceso de aprendizaje y en la comunidad educativa a todos los niveles, desde preescolar hasta la formación superior y universitaria, por citar algunos principios.
CUARTA GENERACIÓN: derechos de autorrealización, a un medio sano y a la paz
Finalmente, crear nuevas formas de articular los derechos de autorrealización, en ocasiones llamados de solidaridad o de los pueblos, la cuarta generación, asociados al bienestar entendido de forma más íntima y profunda que el bienestar material proporcionado por la seguridad de alimento y cobijo, que incluye un ambiente sano, la convivencia pacífica de los pueblos, la inclusión de las diferentes comunidades, los derechos culturales y educativos y, en esencia, a la libre autodeterminación de nuestro destino en la búsqueda de la felicidad, esto es, en esencia lo que persigue la idea de dignidad como principio básico fundamentador del resto de derechos, el “derecho a tener derechos”, que para mí refleja perfectamente éstas palabras de Errico Malatesta al hablar del anarquismo: “el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posible para todos los seres humanos, sin querer ser oprimido ni opresor”
1. Encaje territorial, modelo de Estado y derecho a decidir
Para referirme a esta cuestión hago mía aquí una frase de Daniel Guerín cuando dijo que “el anarquismo tiene espaldas muy anchas, y lo aguanta todo” para aplicarla al ecologismo y específicamente al caso español. A poco que leamos a diferentes autores no podemos encontrar una definición óptima que defina “una” posición ecologista. Desde propuestas más federales a confederales, a la organización que propone Murray Bookchin al hablar de confederamismo democrático y cuyo ejemplo vivo es la actual organización del pueblo kurdo, las propuestas son muchas, pero sin duda, una postura ecologista pasa por aumentar la horizontalidad y autonomía de la toma de decisiones -como la jefatura de Estado hereditaria- y librarse de la imposición de posturas, en diferente grado según el modelo propuesto).
Creo por tanto que estar a favor de cuantos elementos sirvan para definir entre los interesados el encaje territorial de las diferentes regiones, estados o cuantas formas territoriales se desee perfilar (como podría ser el llamado derecho a decidir) no es una posición que esté en contra del ecologismo, que por la naturaleza de las cuestiones que trata no debería entender las fronteras como impedimento para defender sus ideas, y si para ello se ha de reformar la Constitución, que así sea.
Si de mí dependiese realizar una propuesta institucional de reforma (esperemos que no, pues realmente me decanto preferiblemente por las formas autogestionadas y confederales), separaría la jefatura de Estado de la presidencia y mantendría la bicameralidad del poder legislativo, separando las competencias de manera nítida, dejando el Senado como cámara de representación territorial, con voz de las Comunidades y Estados que integran el país, permitiendo un desarrollo federal asimétrico que –y ésta es la clave- permita una mayor elasticidad a la hora de desarrollar las instituciones en las Comunidades Autónomas, de manera que los respectivos estatutos no fueran meras copias del Estado central, compensándolo desde el Senado a través del análisis de las leyes y medidas que han tenido éxito en los territorios para estudiar la forma de extender dichas fórmulas exitosas a otros territorios, de manera que a la vez que se respete el camino determinado por las comunidades se garantice la igualdad de derechos en las diferentes unidades del sistema.
2. Fomentar el autoconsumo eléctrico, acabar con el fracking, los combustibles fósiles y la fisión nuclear
En cuestiones energéticas el fomentar las formas de autoconsumo en red con fotovoltaicas y otras renovables, aplicando el balance neto y reformulando el Real Decreto 900/2015 de autoconsumo para que sea verdaderamente una herramienta para que los consumidores puedan organizarse fomentando una distribución no sólo del consumo sino de la producción, de manera que se fortalezca la idea de horizontalidad en la gestión de recursos frente a la dependencia y jerarquización de las energías fósiles como un proceso gravemente complejo y tutelado por el interés de las comercializadoras eléctricas, que (además) continúan aprovechándose de la ausencia de una auditoría pública del coste de producción energética que ha provocado el déficit de tarifa.
Asimismo, el “sexteto ecologista” debe plantarse ante las técnicas de gas de esquisto o fracking así como a las energías fósiles, tanto el petróleo como el gas, cuyo máximo esperpento representa en este país el Plan Castor o las nucleares de fisión sin renunciar por ello a la investigación en torno a la fusión o los usos energéticos de las baterías de hidrógeno.
3. Protección ambiental y animal
No puede faltar tampoco la defensa de las posiciones que tradicionalmente dieron lugar al ecologismo conservacionista, dotándolas de medidas de nuevo cuño que fomenten la justicia social y la defensa del ecologismo de los pobres, como la reforma de la ley de montes, la ley de costas o la ley de minas para fomentar la protección del territorio, de la biodiversidad y ecosistémica combinada con las técnicas tradicionales de protección para desincentivar la especulación urbanística, en la misma línea que ya intentara la reforma de la ley de suelo de 2008, incorporando además los objetivos que se han marcado desde la Unión Europea para crear ciudades limpias y sostenibles con un transporte intra e interurbano público y que permita el uso de la bicicleta y el desarrollo cultural. Asimismo, se habrá de abordar la cuestión relativa a los transgénicos de manera científica y racional, aplicando el principio de precaución en la introducción de nuevos productos y especialmente aumentando la información y la protección de productores y consumidores evitando la usura y el control por parte de los propietarios de las patentes.
En materia de protección animal también los ecologistas habrán de dar pasos hacia la prohibición de las “tradiciones” más crueles contra los animales, como son la mayoría de las prácticas asociadas a la tauromaquia. Especialmente interesantes son las reflexiones de PACMA en cuestiones de Derechos de los animales [16] (Pastor; Fresco; Zamora García, 2015), fuerza con más votos de cuantas se han quedado fuera del parlamento.
4. Derechos humanos y pacifismo como eje de la posición internacional
Decía el expresidente Mújica que vivimos en una era llena de mediocridad, donde los representantes no son capaces de mirar más allá de sus intereses nacionales, su deuda y sus aliados, y que jamás abordan de forma valiente cuestiones como la pobreza y el hambre o el deterioro ambiental, impulsando los conceptos de Justicia Ambiental y Ecocidio.
Debemos, como ya intentara Petra Kelly, potenciar la alianza entre los ecologistas a nivel mundial. Estructurar la acción internacional en torno al escrupuloso respeto de los derechos humanos, el pacifismo –pese a las acusaciones de buenismo [17] (Pastor, 2015)- y los convenios de protección ambiental ha de ser el centro de la denuncia de éstos diputados, apoyando unos y otros para fomentar la integración regional y la estabilidad sin el interés espurio del comercio internacional detrás, como bien podría representar el apoyo a palestinos y kurdos, al pueblo griego frente a la troika o la democratización en Túnez, así como la integración y cooperación con Latinoamérica, ocupando una posición mediadora de intereses a la que por nuestros lazos históricos y geográficos podemos aspirar entre el mundo árabe, una Unión Europea más integrada y justa y Latinoamérica.
CONCLUSIÓN
Como podemos ver un mundo de posibilidades y cuestiones por resolver se abren al «sexteto ecologista”, ello por tanto no puede implicar el abandono de los demás del activismo con los movimientos sociales y el resto de la familia ecologista, pues aunque sin duda mucho puede hacerse desde el Congreso, para que a una idea a la que efectivamente ha llegado su tiempo no marchite debemos cuidar sus raíces y aportar la felicidad que nos acompaña en las calles.
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Notas
[0] FOTO: los diputados verdes alemanes (de izquierda a derecha) Gert Bastian, Petra Kelly, Otto Schily y Marieluise Beck-Oberdorf, acompañados por más de 200 activistas ecologistas y pacifistas, se dirigen a la sesión inaugural de la X legislatura del Bundestag el 29 de marzo de 1983 (era la primera legislatura en la que Die Grünen conseguía representación en el Bundestag). Petra Kelly llevó una conífera en una maceta y un ramo de flores y los sitúo en la mesa de su escaño durante dicha sesión.
[1] El autor es estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid y co-coordinador del Área de Política y Sociedad de EcoPolítica.
[2] Ocalan, Abdullah (2015), “Confederalismo Democrático, Otro mundo es posible” Prólogo, Ed. notas de Walter, pág. 15.
[3] Consiguiendo habitualmente ICV (coaligado con Ev, en solitario o con EUiA) entre 1 y 2 diputados desde 1996.
[4] ESTEBAN RUBIO, Luis (2015), Año 10.015 de nuestra Era. Parte II. Summer is Coming – Introducción, pág. 9 [en línea] [18 noviembre 2015] Disponible en: https://ecopolitica.org/ano-10015-de-nuestra-era-parte-ii-summer-is-coming/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[5] VV.AA European Social Model [en línea] [mayo 2013] Disponible en: http://datab.us/i/European%20social%20model [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[6] He de aclarar que ésta es una opinión a nivel personal, que requeriría un desarrollo en condiciones o por lo menos la búsqueda de antecedentes o intentos previos.
[7] Sanzo González, Luis (2005) La introducción de la renta básica en España en Cuadernos de Relaciones Laborales, vol. 23, no. 2 [en línea] Disponible en: http://revistas.ucm.es/index.php/CRLA/article/view/CRLA0505220123A/32339 [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[8] Ríos Álvarez, Lautaro. (2012) El principio constitucional de la función social de la propiedad 3.4 Su acuñación constitucional RDJ Doctrina, Tomo LXXXIV, Nro. 2, 57 a 73 págs. 111-136.
[9] 2015, Amnistía denuncia que España tiene el 30% de viviendas vacías de Europa [en línea] El Periódico – Sociedad martes 23 de junio 2015 http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/amnistia-denuncia-que-espana-tiene-viviendas-vacias-europa-4297926 [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[10] del Peral Pedrero, Rafael (2013) Reflexiones sobre el consumo. Crítica a la destrucción creativa [en línea] [20 de noviembre 2013] https://ecopolitica.org/reflexiones-sobre-el-consumo-critica-a-la-destruccion-creativa/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[11] Sekulova, Filka (2015) Navidades, felicidad y decrecimiento. ¿Qué relación hay entre el consumo y la felicidad? creativa [en línea] [22 de diciembre 2015] Disponible en: https://ecopolitica.org/navidades-felicidad-y-decrecimiento-que-relacion-hay-entre-el-consumo-y-la-felicidad/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[12] EUROPEAN COMMISSION, (2015) Green Jobs: Employment potential and Challenges, European semester thematic fiche, pág. 5 [en línea] Disponible en: http://ec.europa.eu/europe2020/pdf/themes/2015/green_jobs.pdf [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[13] The New Economics Foundation, (2102) 21 horas. Una semana laboral más corta para prosperar en el siglo XXI. Barcelona, Icaria.
[14] Yagües, Miguel, (2013) El Otium y la búsqueda de la felicidad pública [en línea] [16 de octubre de 2013] Disponible en: https://ecopolitica.org/el-otium-y-la-busqueda-de-la-felicidad-publica/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[15] G. Olabarría, Marc (2015) EcoloQUEERsmo Parte I. [en línea] [25 de agosto de 2015] Disponible en: https://ecopolitica.org/?s=EcoloQUEERsmo [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[16] Pastor, Sara; Fresco, Ignacio; Zamora García Javier (2015) Entrevista a Laura Duarte, portavoz de PACMA – Reflexiones sobre los derechos de los animales y el movimiento animalista [en línea] [22 de octubre de 2015] Disponible en: https://ecopolitica.org/entrevista-a-laura-duarte-portavoz-de-pacma/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
[17] Pastor, Sara, (2015) Sobre terrorismo, “buenismo” y pragmatismo [en línea] [4 de diciembre de 2015] Disponible en: https://ecopolitica.org/sobre-terrorismo-buenismo-y-pragmatismo/ [último acceso 27 de diciembre de 2015].
¿no sería un sexteto si cuentas a Pedro Arrojo Agudo?
y no deberíamos contar también a David Bravo con su preocupación por la propiedad intelectual y su efecto sobre los bienes comunes inmateriales?
¡Creo que tienes toda la razón Stefan! Voy a ver si actualizamos la noticia, un saludo y gracias por la info 🙂