Política y Sociedad

Published on enero 11th, 2015 | by EcoPolítica

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Charlie Hebdo: un periódico íntimamente ligado a la ecología

Por Lorène Lavocat y Barnabé Binctin

Artículo publicado en Reporterre el 8 de enero de 2015
Traducido al castellano para EcoPolítica por Nathalie García

Charlie Hebdo nuclear

Nacido en 1970 siguiendo la estela rebelde de Hara-KiriCharlie Hebdo no es únicamente un periódico satírico, irreverente y libertario. Ha sido y continúa siendo uno de los espacios de expresión privilegiados de la ecología. «Una ecología alegre, utópica y creativa», como la describe François Camé, antiguo director de información del periódico semanal.

Gébé, Reiser, Fournier, Nicolino y muchos otros, son figuras del humor, plumas mordaces, lápices corrosivos que han prestado su talento a la causa ecologista.

I. El portavoz de la naciente ecología

La ecología entra en Charlie Hebdo a finales de los años sesenta con Pierre Fournier. Dibujante y cronista, pero también militante ecologista desde sus inicios. «Llegó con sus sueños, contra las nucleares y a favor del vegetarianismo», recuerda Danielle Fournier, su compañera. «Todo el mundo se burlaba de él, pero le escuchábamos y era respetado». Cabu bosqueja por entonces a la familia Fournier como devoradores de zanahorias.

Poco a poco, sus ideas encuentran su lugar en las páginas principales de Charlie Hebdo. «Cavanna y Choron le dieron carta blanca, hacía lo que quería», nos sigue contando. El equipo apoya a un viticultor bio, uno de los primeros, y hace traer desde Aquitania cajas de Burdeos sin pesticidas. Al tiempo que la causa medioambiental apenas está saliendo del nimbo post año 68, Charlie Hebdo se posiciona como el portavoz de la lucha antinuclear, a favor de la energía solar o haciendo crítica del consumismo excesivo. Bajo el impulso entusiasta de Fournier, todo el equipo, incluso los menos convencidos como Wolinski, se ponen a hablar de medioambiente.

En 1972, l’hebdo da lugar al nacimiento del primer periódico sobre ecología política: La Gueule ouverte. (La boca abierta). Después de la muerte de Pierre Fournier, en 1973, es Isabelle Monin, entonces compañera de Cabu, quien toma las riendas del periódico mensual.

II. Lo antinuclear

Charlie Hebdo asume entonces una parte muy activa en la lucha antinuclear, lucha fundacional del movimiento ecologista. «Es un vínculo histórico, un vínculo fraternal que nos vincula a Charlie Hebdo«, explica Philippe Brousse, director nacional de la Red Salir de lo Nuclear. «Miles de personas fueron sensibilizadas por Charlie Hebdo, y antes por Hara Kiri. Charlie fue uno de los actores esenciales en la movilización contra las nucleares».

Una implicación que se inicia desde los orígenes del movimiento, tal y como nos cuenta en esta anécdota Danielle Fournier: «Para la manifestación contra la central de Bugey en 1971, Charlie Hebdo había habilitado autobuses desde París. Las tres cuartas partes de los manifestantes eran lectores del periódico».

El periódico acompaña al movimiento hasta finales del siglo XX. Cuando se constituye la Red Salir de lo Nuclear en 1997, su director recuerda las numerosas participaciones de Charb, que publica desinteresadamente sus dibujos en las diferentes publicaciones del movimiento. «Eran contribuciones voluntarias, Charb denunciaba la amenaza nuclear, como Charlie Hebdo ha denunciado siempre toda forma de extremismo de la locura humana».

En 2010, Cabu y otros dibujantes de Charlie apoyan una acción contra las armas nucleares con sus dibujos. En cuanto a Fabrice Nicolino, ha redactado hace dos años un número especial de Charlie titulado La estafa nuclear.

Ese mismo año, Charlie Hebdo ha sido uno de los primeros en abordar largamente el proyecto de Cigéo, proyecto de almacenamiento de residuos nucleares en Bure (Meuse). Esta vez, es otro periodista, Antonio Fischetti, quien se desplaza para hurgar, husmear y molestar, algo que el periódico sabe hacer muy bien.

Michel Marie, portavoz de CEDRA (colectivo contra el almacenamiento de residuos radiactivos), cuenta: «Vino a pasar tres días in situ, muy implicado. No estaba en primera línea a nivel nacional, pero el artículo dio que hablar, no era solo una caricatura, había una auténtico documento de investigación de fondo. Y es de este modo como Charlie Hebdo ha sabido siempre remover conciencias, y particularmente en lo que atañe al tema nuclear».

III. Una visión alegre y divertida de la ecología

De este modo, es decir mezclando lo agridulce del lapicero y la impertinencia de la reflexión. Desde sus orígenes, Charlie Hebdo defiende la ecología a golpe de sátiras y crónicas corrosivas. Un tono mordaz que culmina en L’An 01, cómic y película nacidos de la imaginación utópica y libertaria de Gébé, crítica alegre del productivismo y de la sociedad de consumo. Con un lema: «Paramos todo, reflexionamos, y eso no es triste».

Un tono que seduce a los periodistas como François Camé. «Se puede ver la ecología como algo  lamentablemente triste y estúpido, pero también como algo alegre y divertido», explica quien se convirtió en 1996, en director de información del semanario antes de abandonarlo unos años más tarde. «Charlie Hebdo siempre ha aportado una visión decididamente positiva y humana». Con un arma, irremplazable: ser divertido. «Hay que tratar y defender nuestras convicciones, nuestras ideas, nuestros compromisos con humor», comenta François Camé. «Si no, nos convertimos rápidamente en unos gilipollas sectarios y peligrosos».

Y desde entonces, todas las semanas desde 2010, Fabrice Nicolino garantizaba un artículo ecologista en el periódico. Su artículo aparecido ayer se titulaba «Inundaciones en todos los pisos». Prepara el próximo discretamente, ¡lo esperamos!

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