Diversidad Sexual y de Género

Published on febrero 23rd, 2015 | by EcoPolítica

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Análisis del libro “Global Gay”: la revolución de la igualdad y el respeto

Por Marc G. Olabarría

Artículo también publicado en el blog del autor La Realidad Escondida

Desde hace algunos años, se habla de, se debate y se escucha regularmente la palabra ‘revolución’. Si hablamos acerca de las distintas revoluciones sociales, podríamos identificar la ‘revolución’ feminista, aquella revolución donde las mujeres se empoderaron para reivindicar su identidad femenina contra el machismo, la misoginia y el patriarcado, incluyendo a las mujeres no blancas, no heterosexuales, no cisexuales y no cisgénero; enseñando a toda la población la necesidad de la igualdad de género. También podríamos identificar la ‘revolución’ racial, cuando las personas no blancas lucharon por defender sus identidades y sus derechos humanos frente a la supremacía blanca que les discriminaba jerárquicamente a categorías de inferioridad, ya sea en el norte global (todos aquellos países que encajarían en la categoría ‘primer mundo’. Ver Cooperación al desarrollo [1] de Florent Marcellesi) o en el mismo Apartheid sudafricano. Actualmente, hay quien se atreve a asegurar que estamos viviendo y experimentando una nueva revolución. Generalmente llamada ‘revolución del amor libre’ (que no libertino) o ‘revolución LGTB+’, puedo decir que personalmente, también la llamo ‘revolución de la igualdad y el respeto’. ¿En qué consiste esta revolución? ¿Dónde está representada?

En el libro Global gay podemos encontrar, realmente, un estudio de proporciones muy superiores a cualquier otro estudio realizado. Frédéric Martel, autor de este libro, estaba convencido de que la diversidad afectivo-sexual estaba produciendo un cambio en el mundo y quiso, satisfactoriamente, dejar constancia de esta revolución de la igualdad y el respeto. El estudio, transformado en libro, consistió en una investigación de la experiencia de diversidad afectivo-sexual y de género en 45 países, realizado en aproximadamente 5 años (según el autor). Este libro, si bien demuestra que las personas LGTB+ pueden ser  muy discriminadas y reprimidas (secuestradas, torturadas, asesinadas, sufrir intentos de curación, reprimidas, contenidas)… las identidades LGTB+ nunca perecen puesto que la vida, en su diversidad, siempre continúa abriéndose camino.

Global gay demuestra las situaciones tan contrapuestas de las personas LGTB+. Éstas, son muy diversas, quedando fielmente reflejada la máxima invisibilización y represión de los países con población de mayoría árabe: Magreb, península arábiga y algunos países asiáticos… al igual que refleja la diversidad afectivo-sexual y de género en dictaduras represivas como China o Cuba y los mecanismos para buscar libertad. Leyéndolo, podremos dar cuenta de la importancia de la lucha activa, visible y sin descanso por el respeto a los derechos de las personas LGTB+ como en Brasil, Venezuela y México, la persistencia al margen de la sociedad de culturas ‘underground’ como la de Corea del Sur o la de Rusia, para posteriormente buscar la protección de las identidades LGTB+ a todos los niveles (internacional, nacional, local)… Sin lugar a dudas, Global gay es la representación misma por escrito del cambio. Un cambio que se genera en base a la búsqueda de la libertad, de las identidades no heteronormativas, de las pulsiones de conocimiento y comunidad, de respeto, de igualdad de género y afectivo-sexual.

Generar y/o crear esperanza de donde no la hay es realmente complicado, pero hay quien, a base de esforzarse, lo consigue. Para quien aún lo desconozca o desconfíe, las identidades no heterocisnormativas no provienen de occidente ni son una forma de conspiración para gobernar el planeta. Por muy absurdo que parezca, hay que verbalizarlo y repetirlo, puesto que luego surgen declaraciones como: “En Irán no hay homosexuales”, de su entonces presidente (y homosexual encubierto según el autor), Mahmud Ahmadineyad. Pero con una tendencia clara a la represión, ¿cómo se reproducen las identidades LGTB+ en oriente próximo o en el Magreb? En los países de población árabe, las tecnologías tienen una gran importancia y las personas LGTB+ se han apropiado de estos espacios, aprovechando la posibilidad del anonimato. Siendo un gran tema tabú, la homosexualidad únicamente es protagonista cuando es condenada por figuras públicas (políticos y religiosos hombres cis en su mayoría), pero esta situación está cambiando. La fuerza de la televisión no debe ser subestimada y los llamados ‘talkshow’ son imprescindibles en los países árabes, siguiendo el modelo del programa de Oprah Winfrey. Aunque pueda parecer irreal, las personas LGTB+ pueden sobrevivir mientras vivan su ‘no normatividad’ en secreto, no confesado ni reivindicado, pero algunas personas homosexuales comienzan a aparecer en televisiones ilegales y censuradas en países como Iran, Túnez o Marruecos. Las nuevas tecnologías, redes sociales censuradas como Twitter, Youtube o Facebook, permiten desarrollar las identidades al margen de la ley. El contacto a través de mensajería SMS es imprescindible para reunirse en lugares improvisados y/o aleatorios, para poder esquivar a cualquier represor del Estado. Pero también, el desarrollo de identidades no heterosexuales es posible mediante zonas de ocio gay-friendly que eviten llamar demasiado la atención. A pesar de todo, hay países árabes como Irán que contienen sus propias contradicciones como un mayor respeto hacia las personas transexuales que pueden realizarse la reasignación de sexo legalmente, única y exclusivamente en base a que son consideradas y tratadas como personas mentalmente enfermas.

En países autoritarios como es China o Cuba, existe mucha más represión, más censura, más persecución, incluso existe la búsqueda de la cura definitiva para la comunidad LGTB+ (repetidamente denunciado en China). Existe un régimen que es implacable, pero aun así, las identidades LGTB+ siguen aflorando y perviviendo. Al igual que en los países árabes, en la gran mayoría de Asia hay persecución por tener una identidad no heteronormativa, pero una existencia sin realizar ni activismo ni política, puede resultar cómoda (de ahí que activistas inconformistas denuncien el inmovilismo y la aceptación de su discriminación por una ‘baja discriminación tolerada’). Incluso la presión por el respeto a los derechos humanos, que tanto disgusta al régimen comunista por ser ‘occidentalista’, es progresivamente aceptada bajo el pretexto de cultura LGTB+: películas de relaciones homosexuales o de familias homoparentales, cafeterías y restaurantes de ambiente, discotecas dedicadas a población no heterosexual… A pesar de ello, incurre en un gran problema: en muchas zonas de ambiente chinas, al haber mayores libertades y menor persecución, también se produce un aumento de la prostitución, que igualmente, es perseguida y criminalizada. Además de ello, si bien en el libro no suele recurrirse a la citación de leyes pro-LGTB+ o anti-LGTB+ específicas, Cuba fue la única delegación de América Latina en defender todas las referencias contra la discriminación por orientación sexual en la Conferencia sobre la Mujer, en Pekin en 1995.

Por otra parte, encontramos al grupo de países en vías de desarrollarse según el respeto a las identidades diversas por orientación afectivo-sexual e identidad de género. Encontramos países como México y países de Sudamérica (principalmente Brasil, Chile, Argentina…), ya que Centroamérica aún tiene un índice de crímenes de odio muy elevado. Igualmente encontramos Sudáfrica como único país de África que ha legalizado los matrimonios igualitarios. Son estos los países que actualmente prometen avanzar potentemente en materia de igualdad y respeto, son los que buscan ser ‘el país más igualitario’ de su continente. Si bien Sudáfrica tiene que combatir el odio ferviente del resto de su continente, es el país más avanzado puesto que en su constitución misma, recoge el respeto a los derechos de la diversidad afectivo-sexual y de género, muy diferente de la existencia de leyes que son más fácilmente derogables. En América Latina deben seguir luchando contra una Centroamérica y un Caribe que persiste en su racismo, en su homofobia, en su bifobia, en su transfobia y en sus prejuicios de odio, ignorancia y miedo. A pesar de ello y al igual que en China, la mayoría de las personas LGTB+ prefieren vivir cómodamente ocultas a tener que luchar por su realidad, pero ello está cambiando progresivamente.

Todo en este mundo tiene su parte positiva y su parte negativa, y las personas LGTB+ también han sido objeto de la globalización misma. Si bien se pueden buscar y encontrar en cualquier parte del mundo, aún más con la utilización de las redes virtuales y la facilidad de conexión y creación de lazos de apoyo y amistad, la diversidad es diversa en sí misma, porque están muy marcadas por lo local, demostrando una vez más si cabe, que la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad no son influencias occidentales ni conspiraciones anti-orientalistas. Incluso en los países más LGTB+fobos del mundo, como son Jamaica, Uganda, Irán, China, Rusia, Sudán del Sur, Yemen… la diversidad, en su creatividad encuentra los caminos para desarrollar sus identidades al margen de la tortura, la represión y la criminalidad asesina de sus dirigentes (recordemos que actualmente hay 79 países donde ser LGTB+ es ilegal, contando con los 7 países que siguen condenando a muerte las identidades no heterosexuales -Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Mauritania, Somalia, Sudán del Sur y Yemen-).

A pesar de todo, como todos los proyectos, tiene sus cualidades y sus defectos. El libro Global gay es imprescindible para comprobar como la diversidad afectivo-sexual y de género empapa todas las culturas y pueblos, pero también es verdad que tiene tres grandes defectos. Aunque la temática de estudio es realmente interesante y se puede comprobar como la LGTB+fobia no tiene ni argumentos ni fuerza contra la diversidad, es un proyecto demasiado ambicioso. Estudiar 45 países en 5 años, es un reto si bien casi imposible de realizar, y como es el caso, se ha realizado pero desde mi punto de vista, de una forma bastante superficial, sin llegar a toda la comunidad LGTB+ en todas sus formas. Generalmente, uno de los complementos perfectos a la superficialidad (y el segundo defecto) es el capitalismo y en parte, la falta de rigor. No digo ni mucho menos que este libro se haya escrito con esta falta, pero muestra a las personas no heterosexuales como totalmente norteamericanizadas y cuya referencia no es más que el voraz capitalismo ‘forma de conseguir las libertades, la igualdad y el respeto’. El tercer y último gran defecto del libro es que, efectivamente, es Global Gay y de lo que habla es casi única y exclusivamente de hombres homosexuales. Las mujeres lesbianas apenas quedan reflejadas en el libro, por no decir la prácticamente absoluta inexistencia de las identidades bisexual y la transexual, por lo que a mi parecer y en base al patriarcado, parecen ser los hombres quienes hacen evolucionar el mundo.

Curiosamente, son los gobiernos (neo)liberales y capitalistas quienes parecen brindarnos derechos, cuando realmente éstos buscan recortarlos. Si bien el liberalismo no tiene por qué ser negativo (el liberalismo radical se basa en ‘la libertad de’, respetando supuestamente los derechos humanos), es el liberalismo aplicado a la economía la que se adueña de toda la ideología liberalista y la que finalmente, dan una imagen negativa de la búsqueda y la reivindicación de la libertad misma. ¿Cómo podríamos pensar que el liberalismo es negativo aplicado a la diversidad afectivo-sexual y de género, si es Europa y EEUU quienes legislan protegiendo el matrimonio igualitario y las adopciones homoparentales igualitarias mientras que Rusia, Corea, Cuba y China nos aplican la más estricta criminalización de nuestras identidades? Y a pesar de ello, no debemos ceder al capitalismo, que aunque no pueda parecerlo, es el productor mismo y principal de las desigualdades, de la venta de los ciudadanos al mercado, de relaciones de discriminación con el patriarcado, el machismo misógino, la LGTB+fobia, el racismo, la xenofobia, el clasismo… Debemos reflexionar y llegar a la conclusión de que la única razón última por la que se respetan los derechos LGTB+ es debido a que se nos contempla como un mercado alternativo del que aprovecharse y del que obtener un rendimiento económico. ¿Dónde están los gays pobres? ¿Dónde están las lesbianas sin trabajo? ¿Dónde están las prostitutas y los chaperos LGTB+? ¿Dónde se reflejan los derechos de aquellas personas tan discriminadas que no suscitan interés por el mercado?

Pero dejando de lado formas de gobierno anticuadas y que fracasaron, o que en verdad no son sostenibles como el capitalismo, ¿qué modelo de gobierno podemos erigir respetando a la diversidad en la forma en la que se presente? ¿Qué modelo de gobierno puede presentarse como alternativa al comunismo chino, ruso, cubano o norcoreano y al capitalismo estadounidense, europeo o japonés? El ecologismo, como ideología de la sabiduría ecológica, de la justicia social, de la democracia participativa y representativa, de la no violencia, de la sostenibilidad en grado sumo, y por supuesto, abanderada del respeto a todo tipo de diversidad que respete los derechos humanos, es la mejor alternativa a modelos tradicionales que permanecen en la actualidad. El ecologismo, desde la perspectiva de la deconstrucción del ser humano para liberarnos de normatividades y modelos ‘perfectos’, del decrecimiento ecosostenible para evitar consumir más de lo que necesitamos y de la felicidad como objetivo en sí mismo del ser humano, debería ser el modelo a seguir para no ser el virus que acabe con nuestro propio mundo y no quede ni humanidad ni formas alternativas de vida. El ecologismo nos recuerda que, cubiertas nuestras necesidades para ‘un buen vivir’ como decía Rosa Martínez, coportavoz de Equo, o como se muestra en el libro de “Cooperación al posdesarrollo” de Florent Marcellesi , futuro eurodiputado por EQUO, el capitalismo aparece para crear carencias y necesidades inexistentes, construidas e impuestas por unos mercados explotadores y en absoluto ecosostenibles. El ecologismo como fin de sostenibilidad y felicidad, es la mejor vía para la construcción misma de la revolución del amor libre y el respeto, y por ende, de una vida de acuerdo a todos y cada uno de los principios ecologistas según la carta de los Global Greens de Canberra (2001) [2].

Notas

[1] http://www.kulturklik.euskadi.net/lang/es/cooperacion-al-posdesarrollo-bases-teoricas-para-la-transformacion-ecologica-de-la-cooperacion-al-desarrollo-marcellesi-florent/
[2] https://ecopolitica.org/carta-de-los-verdes-del-mundo-canberra-2001/

 

 

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One Response to Análisis del libro “Global Gay”: la revolución de la igualdad y el respeto

  1. Saludos, muy interesante tu crítica sobre «Global gay», realmente es un compendio de diferentes experiencias a lo largo de todo el planeta y es muy interesante ver como esos pequeños detalles, «salidas del armario» de famosos y sobre todo las redes sociales, son la chispa para que la revolución empiece en un lugar remoto y ya no tenga marcha atrás.

    Son poco los libros en este formato, ameno y con información, que nos llegan traducidos al español, esperemos sigan editándose libros como este, en su caso para el resto del colectivo y no solo para los hombre homosexuales.

    Un saludo

    Antonio Martín
    Responsable del Centro de Documentación Armand de Fluvià del Casal Lambda.

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